La ruta del Beagle




Es en la Biosfera, esa minúscula película de la superficie terrestre que es nada respecto a la inmensidad del Universo, donde se encuentran las entidades más curiosas e interesantes del Universo conocido: los seres vivos, la vida. Y es nuestro singular planeta el que alberga toda esa BIODIVERSIDAD.

Pero, ¿por qué la diversidad? ¿Por qué la vida se presenta de tantas maneras y no en una única forma?




Todo se debe a la EVOLUCIÓN. Esta palabra fue aplicada por primera vez en el siglo XVIII por el biólogo suizo Charles Bonnet. Este término no se refiere a los cambios que ocurren en un individuo durante su vida, sino a los cambios en las características de las poblaciones a lo largo de varias generaciones. Dichos cambios pueden ser tan pequeños que son difíciles de detectar o tan grandes que la población difiere notablemente de su población ancestral.

Para hablar de evolución es importante remitirse a la vida de la figura más destacada de este tema,
Charles Darwin, el ilustre naturalista inglés que, en 1858, desafió el pensamiento de toda una época.

Charles Darwin solucionó el problema del por qué de la diversidad. La diversidad es un subproducto de la evolución de la vida sobre la Tierra, y por tanto, no puede ser entendida sino es a la luz de la evolución. Antes de Darwin las especies se consideraban unidades fijas e inmutables y separadas sin solución de continuidad, reflejaban la idea platónica de la mente de Dios. No había otra forma de explicar la diversidad sino era acudiendo al acto de creación divina o a la GENERACIÓN ESPONTÁNEA de las nuevas especies.


Más adelante, Jean -Baptiste Lamarck realiza una importante teoría de la evolución. Plantea que el entorno cambia, las formas de vida luchan por adaptarse continuamente a las nuevas exigencias de su hábitat, estos esfuerzos modifican su cuerpo físicamente, y estos cambios físicos son heredados por la descendencia. Es decir, que su teoría proponía que la evolución era un proceso que se sostiene en un concepto llamado HERENCIA DE LAS CARACTERÍSTICAS ADQUIRIDAS: los padres transmiten a sus hijos los rasgos que adquieren a partir de cómo se relacionan con el entorno.


Además propone la conocida como LEY DE USO Y DESUSO: creía que los cambios en la estructura del cuerpo se basaba en el uso / desuso de sus partes, de tal modo que los órganos se desarrollaban más cuánto más se usaban.

Pero Darwin da un vuelco conceptual con su teoría de la evolución de las especies.


TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES



Charles Darwin, influenciado por las ideas de Malthus, pensó que la disponibilidad de alimento y otros factores limitan el crecimiento de la población de todas las especies. Los años que Darwin observó los hábitos de animales y plantas lo introdujeron en la lucha por la existencia, descrita por Malthus. Darwin concluyó que, en esta lucha, las variaciones favorables para la supervivencia tenderían a conservarse, mientras que las desfavorables se eliminarían.

El resultado sería la adaptación, una modificación evolutiva que mejora las posibilidades de supervivencia y éxito reproductivo en un ambiente dado. Tiempo era lo único que se requería para la formación de nuevas especies y muchos científicos proporcionaron evidencias de que la Tierra era lo suficientemente antigua para brindar el tiempo adecuado.

Con tan solo 22 años, el joven Darwin viajó por el mundo, entendiendo cada vez más la historia natural. La teoría de este científico inglés nos heredó tesis fundamentales:

Los seres vivos evolucionan con el tiempo, con las condiciones del ecosistema y a partir de un ancestro común, pero, con el transcurso del tiempo, las generaciones fueron acumulando diferencias. Finalmente, dan lugar a nuevas especies. Este proceso se conoce como ESPECIACIÓN.

A través de la selección natural, sólo los individuos mejor adaptados logran sobrevivir y reproducirse, dejando descendientes con características similares.

Dichas tesis causaron un efecto sísmico en el pensamiento moderno, mostrando al ser humano como una especie más entre las muchas que evolucionan en nuestro planeta.


PRUEBAS EVOLUTIVAS

Disponemos de una serie de pruebas evolutivas que evidencian la existencia de la evolución y de la selección natural:

- PRUEBAS BIOGEOGRÁFICAS-

Las encontramos repartidas por todo el planeta, y consisten en la existencia de grupos de especies más o menos parecidas, emparentadas, en la que todas esas especies próximas provienen de una única especie antepasada, que originó a todas las demás, a medida que pequeños grupos de individuos se adaptaban a las condiciones de un lugar concreto, que eran diferentes a las de otros lugares.


CABALLO

Los verdaderos caballos del género Equus aparecieron en América del Norte. Después de una evolución larga en el Eoceno, cuando el supercontinente se separó, los caballos emigraron hacia Eurasia en el curso de Oligoceno. Debido a los cambios climáticos y geográficos, los caballos evolucionaron.

Los primeros caballos tenían el tamaño de un cordero, y dientes (corona baja) adaptados para comer hojas tiernas. Evolucionan. Ya de tamaño grande, comenzaron a parecerse a los caballos o equinos actuales. Además, su dentadura se adapta a su nueva dieta: hierbas duras.




GLIPTODONTE

El enorme parecido entre los gliptodontes fósiles y las especies vivientes de armadillos que se observa en Sudamérica lleva a pensar en una modificación gradual de las especies. “Este lazo, según mi teoría, es simplemente la herencia.” En otras palabras, las especies parecidas se desarrollan en lugares cercanos porque descienden de ancestros comunes. En el caso de los gliptodontes, estos no dieron origen directamente a los armadillos, es decir, no hay una secuencia evolutiva lineal, pero sí ambos tienen un ancestro común.


MEGATHERIUM

Hablando de las pruebas biográficas, por ejemplo, se relacionó al Eremotherium como pariente del Megatherium y con ello también del Mylodon darwini, especie la cual Darwin encontró sus restos fósiles en su viaje de investigación, parándose en América del sur, concretamente en Chile. El Eremotherium vivió en ambientes de tipo tropical más al norte e invadió las zonas cálidas y templadas de Norteamérica como parte del gran intercambio biótico.



-PRUEBAS PALEONTOLÓGICAS-

El estudio de los fósiles nos da una idea muy directa de los cambios que sufrieron las especies al transformarse en otras; existen muchas series de fósiles de plantas y animales que nos permiten reconstruir cómo se fueron adaptando a las cambiantes condiciones del medio.


CABALLO

La evolución del caballo puede seguirse a través del registro fósil. Los primeros équidos que existieron poseían cuatro dedos en sus miembros anteriores y tan sólo tres en los posteriores. Como resultado de la evolución, para una adaptación progresiva a la carrera, el número de dedos fue reduciéndose a tres, posteriormente a dos, hasta la aparición del casco único, característica del caballo actual.



GLIPTODONTE

Según los fósiles encontrados, los gliptodontes evolucionaron a partir de animales de tamaño medio (de unos 80 kilos) para ser parte de la megafauna Sudamericana (llegaron a pesar 2 toneladas) en el Pleistoceno, hasta que desaparecieron al final de la última glaciación, hace sólo 10.000 años,

Por otro lado, los armadillos no proceden directamente de la evolución del gliptodonte, sino que ambos proceden de un antepasado común. Esto se deduce debido a que ambos tienen un caparazón diferente.




-PRUEBAS ANATÓMICAS-

Se basan en el estudio comparado de la morfología de los órganos de seres vivos actuales o de fósiles. Mediante la anatomía comparada se estudian las semejanzas y diferencias entre órganos de diversas especies. La evolución por selección natural llevó a distintas adaptaciones de las extremidades, por ejemplo, para correr, nadar, volar… Pero el esquema básico se mantuvo en todas estas especies.


CABALLO

Los seres vivos modelan sus órganos según su modo de vida, el ambiente en el que están, etc. Hace cerca de 30 millones de años, la regresión de los bosques forzó una nueva evolución de los caballos. Tienen que adaptarse a un suelo más duro y a un medio más abierto, frecuentado por numerosos depredadores. Miembros más largos favorecen la huida. Al mismo tiempo, la talla y la potencia de los caballos aumentan también.


GLIPTODONTE

Podemos ver esta evolución en el gliptodonte por ejemplo, del que encontró Darwin fragmentos fósiles durante su viaje alrededor del mundo. Tenía el cuerpo acorazado y algunas especies una maza al final de su cola. Este animal está emparentado con los armadillos, aunque poseen muchas diferencias entre ellos, por ejemplo que los armadillos tienen un caparazón articulado y el de los gliptodontes era rígido y osificado.

La estructura del caparazón inarticulado del gliptodonte podría haber evolucionado como respuesta a la limitación funcional impuesta por el aumento de tamaño que estos animales experimentaron a lo largo del tiempo.

Se calcula que ambos proceden de un antepasado común, el cual pesaba solamente 6 kilos, lo que sugiere que el crecimiento en tamaño de los gliptodontes fue espectacular en términos evolutivos, coincidiendo con el registro fósil.


MEGATHERIUM

El megatherium no usaba sus grandes garras para trepar árboles, tal y como los perezosos actuales, ya que debido a su peso aproximado de unas 4 toneladas, se demostró que su función era la de cavar y coger vegetación de los árboles, ventaja sobre los demás herbívoros de su entorno.

Además se estudió acerca de la musculosa cola del Megatherium y de sus beneficios, como por ejemplo, su uso como tercer apoyo al alcanzar vegetación de las alturas. A diferencia del actual perezoso, en la cual hay una pequeña presencia de ella, debido a su nula utilidad al estar viviendo en los árboles y poder coger alimento de ellos.


En conclusión, a lo largo de la historia se han ido proponiendo diversas teorías para intentar explicar el por qué de la evolución. La síntesis evolutiva moderna, llamada teoría sintética o neodarwinismo, es la teoría actual que explica la evolución, la cual significa en general la integración de la teoría de la evolución de las especies por la selección natural de Charles Darwin, la teoría genética de Gregor Mendel como base de la herencia genética, la mutación aleatoria como fuente de variación y la genética de poblaciones. Los principales artífices de esta integración fueron Ronald Fisher, J. B. S. Haldane y Sewall Green Wright.